Markarian soñaba con un Cruz Azul ultraofensivo

Sergio Markarián tenía un plan ambicioso para el Cruz Azul, en caso de mantener el proceso futbolístico que había comenzado con él hace un año.
El entrenador uruguayo había diseñado un equipo que en el papel sería poderoso, con incrustaciones en el ataque que harían de La Máquina un equipo más que temible y elementos de fuerzas básicas que tendrían su oportunidad.
Según la idea de Marka, los celestes irían de cara a la siguiente temporada por jugadores como Blas Pérez, Emanuel Centurión, Giancarlo Maldonado, Hugo Rodallega y Jesús Dátolo, elemento que en Boca Juniors se ha cotizado a grandes escalas futbolísticas.
Alfredo Álvarez, vicepresidente del equipo, revela que el entrenador había solicitado jugadores de gran nivel, pero imposibles para el Cruz Azul, porque para sus equipos son prácticamente intransferibles.
“Él –Sergio– desde luego quería a Blas Pérez (Tigres), Emanuel Centurión (Atlas), pero en ese sentido no hubo esa convicción por parte de uno de nuestros directivos (no dio el nombre)”.
El alto dirigente celeste desveló que el estratega uruguayo solicitaba elementos muy importantes que no eran posible traerlos, debido a sus altas cotizaciones, pero también hay que señalar quizá el conflicto de intereses que se generaría, pues no son hombres de Carlos Hurtado.
“Por ejemplo había pedido a Giancarlo Maldonado (Atlante), Hugo Rodallega (Necaxa) y Dátolo (Boca Juniors), pero me parece que son jugadores muy complicados y hasta cierto punto intransferibles en sus respectivos equipos”.
Como se recordará Makarián argumentó, cuando decidió irse del equipo, que había diferencias deportivas que eran “insostenibles” con dirigentes del Cruz Azul, aunque no precisó, se supo que Eduardo Yayo de la Torre era uno de ellos.
Lo anterior debido a que él pidió dos refuerzos, que calificaba de primer nivel, y la directiva solicitaba contratar a otros tres que a él le parecían de segunda orden y que no iban con los intereses deportivos del equipo.